viernes, 20 de febrero de 2009

Jubón de azotes



En cualquier momento estallará este burdel de mierda.

Pues no siempre el júbilo huele bien.



lunes, 16 de febrero de 2009

trece días

Llovió y estoy escribiendo todo muy desordenado. Ya habíamos cruzado la frontera, pero esta vez era diferente. Algo se había quebrado en mi mundo interior.
Soy el vértigo, bailo con el viento, vivo un intervalo en el trópico de capricornio, me siento en una calle y me lleno de polvo. Observo bebo y duermo en un hombro ajeno. Tengo las manos congeladas. Los ojos lastimados, rojos, sensibles y todo lo que ello significa que nosé bien que significa pero siempre hablo de un todo o nada cuando no me animo a enumerar o callar o cerrar los ojos sin sentir dolor. Se había roto el mecanismo visual, pero así y todo logro recordar aquello que se vé cuando se sueña, cuando se vive del otro lado. Iba de la mano con una niña que estaba a mi cuidado. Yo tenía en la pierna una herida, siempre con las mutilaciones en el cuerpo parece, no era un hueco esta vez. Sino que un corte, una herida en la parte superior de mi pierna derecha. Desperté y estaba muy lejos en mi lugar favorito de todo el mundo. Sentí eso.
Esa mañana desayunamos en la calle, en un escalón que no era el propio. Busqué mi sorpresa que viene en un huevo gigante que sabe a montañas y cielos de colores maravillosos, hay cosas que definitivamente se comen con los ojos y otras que se compran con la boca.
Quería emprender un regreso sin volver y pensé en algo que escribí antes en un papel que se me voló en un desierto colmado de rocas gigantes. Pude recuperarlo sin aire. Era una pequeña poesía acerca de la geografía musical, dibujé lo que veía porque las palabras a veces no son tan precisas y cerré el cuaderno azul de pintitas blancas. Aún sostenía su pequeña mano. Estaba completa, con la sombra incluída.

miércoles, 11 de febrero de 2009

Uyuni

Volcán Ollagüe 5865 m s/nm
San Juan Rosario

Isla del pescador


Cementerio de trenes



Los planetas

He aquí el eclipse de los primeros días

Inka
ñan

tonqori



yachana (lo que se debe aprender y saber)


Una montaña que esconde secretos y una mujer que vela por ellos.Allí observando a su alrededor entre las rocas, mira mirar al desentendido, protege los espacios sagrados, conserva aquellas pinturas que se esconden en las cuevas que conforman la inmensidad de un lenguaje que se aprende al respirar.

Hace tiempo pensaron en nosotros. ¿Y nosotros?


jueves, 5 de febrero de 2009

Se ha caído el ecosistema

Durante la noche del 18 de enero fué que ocurrió, los vidrios se encontraban empañados, dibujados y el cielo solo se empeñaba en ocultar su color de origen. Quizás era de noche, quizás era de mentira.
Pero siguiendo la línea nocturna, puedo decir que aquella se vió interrumpida por un desfile de insectos sobre mi ventana. Lucían sus atuendos horripilantes a la perfección, algunos eran extravagantes y de mayor tamaño que otros. Tuvimos que asesinarlos y no lo digo con culpa. Algunos fueron víctimas del agua, otros pudieron posar ante la lente fotográfica que conforman mis ojos hasta ser correctamente eliminados. El público carente de visión, conversaba de aquellas cosas de las cuales hay que hablar en sociedad cuando nada se tiene para decir y no se animan a callar. Lamentablemente, claro.. no todos saben interpretar los silencios, pero eso no viene al caso ahora ni después.
Fué el labor de los iluminadores el que salvó mi velada. Han desplegado los mejores efectos espaciales, rayos y relámpagos previos a la lluvia renovadora. Quebraron el cielo gris en quien sabe cuantas partes, trazaron un mapa allí con un secreto sideral. Las lágrimas danzaron en lo alto del paisaje, fué un gran espectáculo de larga distancia.
Kilos de aplausos se suspendían gloriosos en el aire. Incontables cantidad de horas colmaban los choclos que adornaban la ruta, el camión ruedas para arriba reía descontroladamente.
¡Hemos visto un gran accidente! ¡Esto mañana saldrá en las noticias, nunca había ocurrido antes en la historia de la monstruosidad!
Miles de humanos choncando palabras a diario, en el mejor de los casos, pues ellos como las rutas están bien difíciles.