Eso es lo que recibe, una tras otra como una hilera de monedas ordenadas, observa a aquellas prolongaciones que ocultan en el espacio, las que describen las silenciosas cortinas que con perspicacia encubren y visten mentiras intercalando excusas que cuelgan en su ventana como ornamentos.
Eso es lo que siente, cuando se abre para que el viento entre y desordene su existencia invisible, como si fuera necesario decir eso que se dice cuando se cree necesario desarrollar algo que ni si quiera se ha preguntado, esas formas hacen que su más próximo deseo de mujer sea incendiarlas y aislar esa luz, borrando el error con una nube, para que no la vean a usted mirar jamás aquel paisaje.
Pues sabe bien usted que no es necesario corroborar los comportamientos de sus últimos interlocutores para saber lo que ocurre en los cotejos próximos a realizarse en el distrito, pues de antemano la perplejidad se ha adueñado de su rostro querida, y eso solamente ocurre cuando usted solo habla con usted.
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