Era como un desierto, estaba esperando mi turno apoyada en una pared de color blanco. Veía avionetas de color beige en el cielo, que se iban en distinta dirección. Del deseo de volar me moría y la noche caía despacio, la mutación de los colores por variación de la luz, no dejaba de asombrarme.
Ayer y hoy llovió un montón, tanto que me quedo pensando, como si volara en realidad y lloviera en el sueño.
He dicho que las aventuras de mi cadáver exangüe, levemente retorcidas son las primicias de este año repleto de signos ortográficos que se ponen al principio y fin de las citas.
1 comentario:
Que gusto tenerte con vida, sigue así.
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